El rol del profesional de tax en México -y en muchos otros países de Latinoamérica- está evolucionando rápidamente. Las exigencias de cumplimiento tributario en tiempo real, los modelos de fiscalización digital del SAT y la necesidad de operar con información precisa y trazable han llevado a los equipos fiscales a replantearse por completo su función dentro de las organizaciones.
Ya no basta con presentar declaraciones correctas a tiempo. Hoy, las áreas fiscales deben entender de automatización, integraciones tecnológicas, flujos de datos y arquitectura de sistemas. Pero, sobre todo, deben aportar una mirada estratégica que conecte lo tributario con los objetivos del negocio.
Estamos viendo el surgimiento de un nuevo perfil: el estratega fiscal digital.
De lo operativo a lo estratégico: habilidades que hoy se valoran
El perfil ideal del profesional fiscal ya no es solo alguien que domine las normas y regímenes tributarios. Las empresas buscan especialistas capaces de:
- Leer e interpretar datos en tiempo real.
- Colaborar con equipos de tecnología y transformación digital.
- Conocer los flujos de información dentro de los ERP y otros sistemas empresariales.
- Comprender cómo lo fiscal impacta directamente en decisiones comerciales y financieras.
La visión transversal del negocio y el pensamiento analítico son hoy tan valorados como la precisión técnica. Quien lidere el área fiscal debe saber anticipar riesgos, identificar oportunidades de mejora y aportar inteligencia a la toma de decisiones.
Cumplimiento en tiempo real: un nuevo desafío colaborativo
La presión por reportar electrónicamente en tiempo real y con datos consistentes obliga a una colaboración cada vez más estrecha entre los expertos tributarios y el área de TI. Ya no es suficiente con revisar la información contable al final del proceso: los equipos fiscales necesitan participar desde el diseño de los flujos de información y validaciones.
Por ejemplo, un error en la emisión de una factura electrónica, una discrepancia en un complemento o una omisión en la declaración puede tener impactos inmediatos: multas, bloqueos, auditorías o pérdida de beneficios fiscales. Para evitarlo, es necesario contar con sistemas conectados, automatizados y auditables, donde las áreas responsables de impuestos, cumplimiento y TI hablen el mismo idioma.
Un rol más activo en decisiones clave: tecnología y automatización
El tax manager ya no es solo un experto técnico o un ejecutor del cumplimiento. Hoy se espera que participe activamente en decisiones que antes recaían exclusivamente en áreas como finanzas o TI. En un contexto donde la automatización y la digitalización son esenciales para cumplir con las exigencias del SAT -y con marcos globales cada vez más complejos-, el área fiscal tiene voz y voto en decisiones estratégicas de tecnología.
Este nuevo protagonismo implica que el líder fiscal debe:
- Evaluar soluciones tecnológicas desde una perspectiva normativa y operativa: ¿La herramienta se actualiza automáticamente ante cambios del SAT? ¿Se integra fácilmente con los sistemas existentes? ¿Ofrece trazabilidad y auditoría?
- Definir requerimientos funcionales para sistemas de facturación electrónica, reportes electrónicos y libros fiscales, en colaboración con los equipos de TI.
- Aportar en proyectos de transformación digital que incluyan procesos fiscales, desde la automatización de declaraciones hasta la centralización de la información tributaria de múltiples entidades.
- Anticipar riesgos relacionados con la desconexión entre lo contable y lo fiscal, proponiendo automatizaciones que reduzcan errores humanos, eviten sanciones y mejoren la eficiencia.
Este involucramiento también exige un cambio de mentalidad: pasar de “cumplir” a “diseñar” procesos eficientes, auditables y alineados con los objetivos estratégicos de la organización.
La figura del tax manager se vuelve entonces una bisagra clave entre lo normativo y lo tecnológico, capaz de traducir los requerimientos fiscales en soluciones viables y escalables, que no solo cumplan con el SAT, sino que al mismo tiempo aporten inteligencia y valor al negocio.
Sovos como socio estratégico en esta evolución
Ante este nuevo escenario, contar con aliados tecnológicos especializados se vuelve fundamental. El cumplimiento puede ser una ventaja competitiva cuando se gestiona con visión estratégica.
Por esta razón, la tecnología de Sovos está diseñada para acompañar esta evolución del rol del experto en tax, facilitando la conexión entre los equipos de TI, los requerimientos normativos y los sistemas de gestión empresarial. Sovos provee soluciones de avanzada para automatizar procesos críticos, cumplir de manera continua, reducir riesgos de sanción y ayudar a los equipos fiscales a operar con visibilidad, control y capacidad de adaptación.
En esa misma línea, cuenta con un equipo de más de 100 expertos regulatorios que monitorean constantemente los cambios normativos. Esto no solo permite adaptar rápidamente las soluciones, sino también entregar información valiosa y oportuna tanto a los expertos de tax como a los equipos de TI.
El área fiscal se ha convertido en un actor clave de la transformación digital de las empresas en México. Quienes asuman este nuevo rol con mentalidad estratégica, capacidades tecnológicas y visión de negocio, estarán influyendo en decisiones de alto impacto y liderando el cambio.