Los usuarios de facturas electrónicas tienen diferentes necesidades, dependiendo del rubro en el que participan, y de si necesitan emitir o recibir facturas electrónicas. Si bien muchos de los que reciben los comprobantes fiscales digitales por Internet son personas físicas que no necesitan más que el documento impreso o el que se reciben vía email, las personas morales suelen tener otras necesidades que se solucionan a través de integrar CFDI con flujos de proceso.
Emisión de CFDI
La generación de los documentos debe hacerse de manera confiable. Hay empresas que comercian al por menor y presentan a sus clientes las facturas a través del email o de su portal web.
Sin embargo, entre empresas que mueven grandes ventas, necesitan una mejor documentación de sus movimientos, no solo para el Servicio de Administración Tributaria (SAT) -que exige los mismos datos que a las compras menores- sino también, para la propia logística de las empresas.
En este caso surgen las Addendas. Se genera un CFDI que contiene diferentes datos que requeridos por las corporaciones, desde el número de producto comprado, a la fecha, el nombre del cliente y del vendedor, así como otros datos necesarios para lograr un mayor control de las actividades de las empresas.
Un servicio de facturación electrónica también puede crear canales específicos y no solo un portal web o email para el envío de facturas electrónicas. El objetivo final es optimizar la comunicación entre proveedores y clientes.
Recepción de CFDI
Se debe contar con una recepción confiable y automatizada, dos de los valores que promueve la factura electrónica, eliminando la actividad manual, más lenta y con más probabilidades de fallas.
Además es importante que la recepción incorpore la sincronización de la información, incluyendo la referida a los catálogos, los clientes y los proveedores.
Aquí radica la importancia de la integración de la emisión y la recepción de las facturas electrónicas.