La factura electrónica está asociada a las grandes empresas, a las que facturan anualmente más de cuatro millones de pesos. Sin embargo, este esquema fiscal es muy atractivo para muchas otras personas físicas y morales que ven una gran oportunidad de modernizarse y que ya han adoptado el sistema de CFDI o CFD para las relaciones comerciales con sus proveedores y clientes.
Los freelancers son uno de los grupos de usuarios más importantes de las facturas electrónicas, tal y como señala CNN Expansión. La imposición legal fue solo para determinadas empresas. Entonces, ¿por qué cambiarse? La respuesta la encontramos en sus beneficios.
Los trabajadores por cuenta propia ven diferentes ventajas. Por un lado, las que son propias de la factura electrónica, como hemos visto ya: velocidad, reducción de tiempos y costos o la posibilidad de acceder a ellas desde cualquier punto en el que tengamos Internet.
Los freelancers han visto que la adquisición de los Comprobantes Fiscales Digitales permite afianzar sus relaciones comerciales, especialmente con las grandes empresas. Este es un plus que no tienen precisamente las sociedades que facturan más de cuatro millones de pesos por año.
Este tipo de corporaciones requieren trabajar con facturas electrónicas, por lo que si queremos hacer negocios con ellas, debemos cumplir con este requisito. Utilizar los CFDI y los CFD permite abrirse a un campo de clientes impensado para aquellos que se quedan al otro lado de la brecha tecnológica.
Los CFDI, por tanto, nos permiten tener una ventaja competitiva frente a aquellos freelancers que emiten facturas en papel.