Las finanzas integradas -o embedded finance– se refieren a la integración directa de servicios financieros como pagos, préstamos, seguros, cuentas y gestión de dinero, ente otras, dentro de plataformas o negocios que no son bancos ni instituciones financieras tradicionales.
En lugar de obligar al usuario a acudir a un banco, abrir una cuenta o usar una aplicación financiera independiente, la experiencia financiera se “embebe” en el flujo natural del servicio: al comprar un producto, contratar un servicio o utilizar una plataforma digital.
Esto transforma la experiencia del cliente: los servicios financieros dejan de ser una barrera externa y se vuelven parte natural de la experiencia digital.
¿Cómo funcionan las finanzas integradas?
El éxito de las finanzas integradas se apoya en varios pilares:
- APIs y plataformas tecnológicas: gracias a APIs, empresas no financieras pueden conectarse a infraestructura financiera sin tener que construir un banco desde cero.
- Alianzas con entidades reguladas: dado que muchas funciones requieren licencia financiera (por ejemplo, ofrecer cuentas), las empresas suelen asociarse con bancos o proveedores regulados, quienes proveen la licencia y el cumplimiento regulatorio.
- Automatización y datos: muchas de estas soluciones incorporan tecnologías modernas -desde sistemas en la nube hasta analítica de datos e incluso IA- para agilizar procesos como la aprobación de crédito, evaluación de riesgo, gestión de pagos, conciliaciones y otros.
Principales casos de uso y beneficios
Las finanzas integradas pueden aplicarse en múltiples contextos. Algunos ejemplos y ventajas:
- E-commerce y retail: ofrecer métodos de pago integrados, opciones “compra ahora, paga después”, financiamiento en el punto de venta, wallets digitales. Esto facilita la conversión, reduce fricción y mejora la experiencia de compra.
- Expansión de acceso financiero: gracias a estas finanzas, clientes o empresas sub-bancarizadas pueden acceder a servicios financieros más fácilmente, con menos barreras, de forma más ágil y digital.
- Nuevas fuentes de ingresos: para empresas no financieras, los servicios financieros o servicio, fidelización de clientes, valor agregado al ofrecer un “ecosistema completo”.
Aunque están relacionadas, estas tendencias no son lo mismo:
- Open Banking se centra en compartir datos bancarios (con consentimiento del usuario) para que terceros puedan desarrollar nuevos productos y servicios financieros.
- Las finanzas integradas van un paso más allá: integran directamente servicios financieros dentro de plataformas no financieras.
- Banking as a Service (BaaS) permite que empresas no bancarias utilicen la infraestructura de un banco regulado para ofrecer estos servicios sin contar con una licencia propia.
En la práctica, estas tres tendencias suelen combinarse para construir ecosistemas financieros innovadores, seguros y regulados.
¿Por qué están despegando las finanzas integradas?
Algunas razones clave para su auge reciente:
- Demanda de experiencias simples y sin fricciones: los usuarios esperan realizar pagos, acceder a crédito o gestionar dinero sin salir de la plataforma que ya utilizan.
- Tecnología madura: APIs, infraestructuras cloud, soluciones fintech y herramientas de cumplimiento hacen más viable su implementación.
- Búsqueda de nuevos modelos de negocio: para empresas de retail, SaaS o marketplaces, los servicios financieros representan una fuente adicional de ingresos y diferenciación.
- Impulso a la inclusión financiera: en mercados con baja bancarización, estas soluciones facilitan el acceso a servicios antes inaccesibles.
¿Qué desafíos se anticipan?
No todo es sencillo: al incorporar finanzas (sea en la forma de pagos, préstamos, cuentas, otros), aparecen desafíos importantes:
- Regulación y cumplimiento: ofrecer servicios financieros implica cumplir con normativas (KYC, AML, protección de datos, etc.). Las empresas deben apoyarse en socios regulados.
- Gestión de riesgos y datos sensibles: manejar datos financieros requiere altos estándares de seguridad, privacidad, y control de riesgos.
- Operaciones y complejidad técnica: aunque las APIs simplifican, sigue siendo necesario integrar correctamente, asegurar interoperabilidad, manejar flujos de transacciones, conciliación, registros contables, etc.
¿Por qué les conviene a las empresas y qué deben preparar?
Para empresas que no son bancos, adoptar finanzas integradas supone:
- Ampliar su propuesta de valor y diferenciarse competitivamente
- Ofrecer mayor comodidad a sus clientes, y, por ende, menos fricción
- Generar nuevos ingresos recurrentes (comisiones, intereses)
- Facilitar la inclusión financiera de usuarios desatendidos.
Pero para hacerlo bien, deben asociarse con proveedores regulados; invertir en seguridad, compliance e infraestructura tecnológica; asegurar cumplimiento normativo; diseñar flujos de usuario simples y transparentes.
¿Cómo puede ayudar Sovos en este contexto?
La experiencia de Sovos en facturación electrónica y cumplimiento tributario se alinea muy bien con empresas que quieren incorporar finanzas integradas, especialmente en mercados regulados o con alta exigencia de compliance.
Para empresas que operan en múltiples jurisdicciones, Sovos ofrece cobertura global: un solo socio tecnológico para manejar documentación, facturación electrónica y
Las finanzas integradas transforman el ecosistema financiero: lo que antes era exclusivo de bancos -cuentas, pagos, préstamos- ahora puede estar integrado en prácticamente cualquier plataforma digital sin ser un banco. Esto abre enormes oportunidades de innovación, inclusión, eficiencia y nuevos modelos de negocio.
Estas oportunidades vienen de la mano de varias responsabilidades: cumplimiento normativo, regulación, seguridad, transparencia. Para las empresas que ya trabajan con estándares contables o fiscales esta transición puede ser mucho más ordenada, confiable y escalable.