Verificar la identidad de una persona real detrás de un proceso es un paso fundamental para otorgar acceso seguro a usuarios y garantizar la validez de la firma digital de documentos. Los mecanismos de autenticación -presenciales o remotos- son variados, pero los más certeros son, por lejos, aquellos que incluyen tecnologías de verificación biométricas.
Cualquier rasgo físico (e incluso, de comportamiento) susceptible de ser captado y medido puede ser utilizado en un proceso biométrico. Hay muchas alternativas, dependiendo de la disponibilidad de la tecnología – el iris, el ADN, la voz, el patrón vascular y hasta el análisis del comportamiento en ciertas situaciones, como los gestos- pero los más utilizados en la actualidad son la huella dactilar y el análisis del rostro.
La identificación a través de la huella dactilar -única e irrepetible en cada persona- es hoy uno de los métodos más seguros y extendidos, principalmente porque existen tecnologías y dispositivos de alta calidad -huelleros- para registrarlas, y bases de datos masivas, almacenadas por entidades gubernamentales o certificadas, contra las que se contrastan dichas huellas para corroborar la identidad de una persona que requiere demostrar que es quien dice ser. Este método es más utilizado de manera presencial.
En cuanto a la identificación facial, esta funciona por medio de la medición de puntos en el rostro que son, al igual que la huella dactilar, únicas en cada individuo. Estos datos se almacenan y al momento de verificar la identidad, se realizan estas mediciones para corroborar que corresponden a los datos enrolados. Este método se está masificando en virtud del avance de las tecnologías disponibles para captar los rasgos de una persona, y permite realizar verificaciones de identidad a distancia, para lo cual el usuario que requiere ser autenticado puede utilizar, por ejemplo, la cámara de su teléfono celular para tomar su imagen y que esta sea validada.
La verificación facial se realiza aún en muchos casos contra el documento de identidad; es decir, se solicita a la persona una foto de su documento por anverso y reverso, se saca la información de la cédula con OCR o lectura de caracteres; con esa información, se verifica que los datos estén vigentes, y después se contrasta la foto de este documento contra una imagen que es solicitada a la persona -y que puede tomar a través de una foto o video con su celular- para dar por corroborado que es quien dice ser. Perú es, en la región, el país donde este sistema es más utilizado: el usuario se toma una selfie y esta es enviada al registro civil, que toma la imagen y verifica que corresponde al DNI ingresado.
En rigor, cada país determina cuáles métodos son los que exigirá para realizar las verificaciones de identidad y para qué trámites pueden ser utilizados.
Sovos ofrece distintos mecanismos de autenticación presenciales o remotos incluyendo la biometría. En Chile, por ejemplo, está certificado A.E. 3822 del 25 de noviembre de 2016 para su uso. Además, proporciona mecanismos para la verificación dactilar y facial de alta seguridad, que encriptan las muestras para que nadie pueda accederlas o violarlas.
Adicionalmente, siempre utiliza más de un método de verificación de identidad para corroborar que una persona es quien dice ser, y validar que tiene los permisos para realizar determinados trámites o firmar documentos.