Latinoamérica es tal vez la región del mundo más activa en la generación de regulaciones relativas a la facturación electrónica y como tal, ha sido tomada como modelo en otros continentes. Sin embargo, el impacto de la pandemia ha retrasado la entrada en vigor de muchas de ellas. En estas líneas revisamos el estado actual y futuro de las tendencias regulatorias más relevantes.
En el mediano plazo es esperable que las administraciones tributarias regionales sigan creando e implementando complementos específicos para la factura electrónica para determinado tipo de operaciones.
En Colombia, tras ser postergada por largo tiempo, la DIAN emitió los proyectos de normas que fundamentan el uso de la factura electrónica para el sector Salud. Recientemente, el Ministerio de Salud publicó la Resolución 510/2022, que actualiza la documentación técnica de la mencionada factura, adecuándola a la versión 1.8 que anteriormente emitía la DIAN. Pese a estar originalmente programada para entrar en vigor el 1 de julio de 2022, se ha establecido el 1 de enero de 2023 como fecha en que comenzará su obligatoriedad. Otros documentos soporte de la factura electrónica, están igualmente en proceso de implementación.
Otra tendencia en la región es el uso de la factura electrónica como herramienta para potenciar el flujo de caja de los medianos y pequeños contribuyentes que venden a crédito. En esta línea Colombia está consolidando el uso del RADIAN como instrumento de factoring -negociación y financiación. Chile comenzó un sistema similar con la Ley de Pago a 30 Días, mientras que Argentina estableció hace poco mas de dos años la factura de crédito electrónica para PyMES. Este sistema adherido al mandato de facturación electrónica ayuda a quienes venden bienes y servicios a crédito a aumentar su flujo de caja e induce a que las pymes adopten el sistema de facturación electrónica voluntariamente. En Perú se está también evaluando una acción similar.
El tercer hito o tendencia regional es el uso de los “Días sin IVA”, utilizados por el Estado para suspender temporalmente el cobro de este impuesto durante algunos días específicos en el año para determinados bienes y servicios, como una forma de reavivar la economía e inducir a los contribuyentes a un mejor cumplimiento tributario. Esta tendencia, que también busca que los contribuyentes adhieran al régimen de facturación electrónica, fue un éxito en Colombia, lo que ha inducido a otros países a replicar el modelo de manera más acotada. Ecuador lo aplicó solo para los servicios turísticos durante los días de carnaval, mientras que Uruguay hizo lo propio para ciertos productos cárnicos, como una forma de poner un límite a la inflación. Otros países interesados son Costa Rica y Perú, y es probable que otros se sumen a la iniciativa.
Transporte de bienes
Otra de las iniciativas que se han venido expandiendo en la región, son los mandatos que requieren el permiso de la administración para el desplazamiento de bienes dentro de sus jurisdicciones. Estas iniciativas necesitan de un apoyo logístico mayúsculo, pues requieren no solo la participación de los vendedores de bienes, sino además, de los transportistas utilizados para ese desplazamiento y las autoridades de transporte.
Tras varias tentativas, México suspendió nuevamente la validación estricta de la Carta Porte en el país, para permitir a los contribuyentes afectados y a los pequeños y medianos transportistas -la gran mayoría- adquirir la capacidad logística tecnológica para incorporarse a ese régimen. En tal sentido, pese a ser mandatorio el uso de la Carta Porte, se ha flexibilizado su proceso de validación y se han emitido nuevas versiones del mandato para ajustar los requerimientos técnicos a las realidades del país.
Las experiencias y dificultades que ha enfrentado México están siendo observadas cuidadosamente por otras administraciones tributarias como las de Colombia, Perú y Ecuador, que están considerando o están ya en el proceso de implementación de estos mandatos.
Otros países tienen ya sólidos sistemas en este ámbito. Uruguay, cuenta con el e-Remito, requerido para el transporte local de mercancías. Argentina, a nivel federal, ha implementado la Carta Porte para el traslado de granos, y el llamado Remito Electrónico Cárnico para el transporte de carnes. Este último es más amplio a nivel de varias administraciones tributarias provinciales argentinas que requieren el uso de remitos y Carta Porte para prácticamente todo tipo de bienes transportados dentro de sus jurisdicciones.
Plataformas tecnológicas y servicios de productos digitales a distancia
La tendencia que se prevé tomará mayor fuerza en Latinoamérica es la extensión de obligaciones y responsabilidades tributarias para las plataformas tecnológicas y a los suplidores de servicios y productos digitales cuando los mismos son consumidos localmente. En la mayoría de los casos, estas obligaciones se limitan al IVA, pero en algunos países se extienden además al impuesto sobre la renta.
Por ejemplo, para el caso de los servicios digitales provistos por entidades foráneas, las regulaciones de Argentina, Colombia y Ecuador requieren del sistema financiero, retener y pagar el IVA y otros impuestos nacionales y provinciales a estas transacciones, cuando los usuarios usan esas instituciones para pagar a las plataformas extranjeras por los servicios de entretenimiento y aplicaciones que consumen electrónicamente. Otros países como Chile y México requieren al proveedor registrarse y cumplir directamente con obligaciones de registro, y eventualmente, de facturación electrónica.
En el caso de las plataformas tecnológicas utilizadas para la venta de bienes y servicios, el enfoque ha sido distinto. Las administraciones regionales han visto en ellas no solo a contribuyentes de los impuestos antes indicados, sino además potenciales agentes de retención e información utilizables para inducir el cumplimiento de los proveedores de bienes y servicios que utilizan esas plataformas para hacer sus ventas. De ahí que la tendencia es que las administraciones tributarias impongan obligaciones adicionales al cobro o retención de los impuestos aplicables, tales como las relativas a facturación electrónica y reportes periódicos de ventas realizadas a través de estas. Debido a su éxito recaudatorio, esta tendencia se consolidará en la región y el mundo.