Brasil tiene un sistema de facturación electrónica maduro pero excepcionalmente complejo.
En 2008, Brasil adoptó un modelo de facturación electrónica con autorización en el que las autoridades tributarias del país deben recibir y autorizar una factura antes de que un proveedor pueda enviarla a un pagador. Poco más de una década después, la digitalización del sistema que gestiona los impuestos de Brasil ha evolucionado tanto que otras administraciones tributarias denominan a Brasil el "Google de los bienes fiscales".
Las regulaciones actuales incluyen facturas electrónicas para suministros de bienes (NF-e), servicios (NFS-e), transporte (CT-e), envío (MDF-e), SPED y EFD REINF.
Para reducir la probabilidad de una auditoría y de experimentar interrupciones en la cadena de suministro, las empresas con actividad comercial en Brasil deben implementar un sistema de facturación electrónica que pueda integrar y automatizar todos los requisitos impositivos dentro de sus sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés).