Los datos son uno de los activos más valiosos de las empresas y los individuos. Los datos recogidos, limpiados y analizados correctamente permiten a las empresas aprovechar al máximo sus capacidades. Con la tendencia a la digitalización, los formularios, los libros de contabilidad y los libros en papel propensos a errores se sustituyen por versiones electrónicas. Este desarrollo dio a las empresas un mayor control sobre sus datos y liquidó los datos para su posterior análisis.
Esto también es cierto para los gobiernos. Dado que los ingresos fiscales son una de las fuentes de ingresos más importantes para los países y que los datos transaccionales son la base del cálculo de los ingresos fiscales, el análisis de los datos transaccionales es también esencial para los gobiernos.
Objetivo de la recogida de datos en tiempo real
La recepción de datos en formato electrónico permite a las autoridades fiscales estimar mejor los ingresos fiscales y las fuentes de ingresos y, en última instancia, recaudar los impuestos de forma más eficaz. Este proceso ha llevado a muchas autoridades fiscales de todo el mundo a exigir a los contribuyentes que transmitan los datos fiscales pertinentes por vía electrónica. Además, la fiabilidad de los datos en tiempo real ha demostrado ser tan atractiva que en muchos países se exige a los contribuyentes que transmitan los datos en tiempo real a la autoridad fiscal.
La exigencia de transmisión de datos relevantes para los impuestos en tiempo real o casi real es una nueva tendencia que suele denominarse Control de Transacciones Continuas (CTC). Los CTC exigen que cada transacción se transmita a las autoridades fiscales para permitir un control inmediato y continuo. Los CTC son cada vez más comunes en todo el mundo. El propósito inicial de los CTC cuando se lanzaron por primera vez en América Latina, el punto de origen, era reducir la brecha del IVA. Si observamos los países que han adoptado los CTC, es justo decir que los CTC ya han logrado este objetivo. Sin embargo, las autoridades fiscales se dieron cuenta posteriormente de que los beneficios de los CTC no se limitan a cerrar la brecha del IVA.
La gran cantidad de datos recogidos a través de los CTC presenta inmensas oportunidades para las autoridades fiscales. Las autoridades fiscales pueden alcanzar niveles sin precedentes de transparencia en las transacciones comerciales. Las autoridades fiscales T pueden calcular el riesgo de cumplimiento de los contribuyentes y pueden planificar las auditorías basándose en estos cálculos de riesgo. Además, los datos pueden utilizarse para impulsar la política fiscal y económica y compartirse con otros organismos gubernamentales. Por ejemplo, durante una crisis económica, es posible determinar los sectores empresariales más afectados a través de los datos de ventas declarados por los contribuyentes. Los afectados pueden recibir ayudas (mediante exenciones fiscales, tasas reducidas, etc.). El gráfico del Foro de la OCDE sobre Administración Tributaria compara las capacidades de gestión y análisis de datos de las distintas jurisdicciones fiscales y puede utilizarse para comprender la tecnología de análisis de datos de los distintos países.
Desafíos para las empresas
La recopilación de datos granulares y la transparencia de los datos de origen suponen un reto para las empresas, ya que hay poco margen para los errores, los atajos o la posterior corrección de errores. Las empresas tendrán que garantizar una toma de decisiones sobre la determinación de impuestos mucho más granular en una fase más temprana de sus procesos y de los de sus socios comerciales.
Además, garantizar el cumplimiento en los casos en los que se aplican los CTC puede ser un reto, especialmente para las empresas internacionales, que históricamente han considerado los impuestos como algo de lo que deben ocuparse los contables locales. Considerar la fiscalidad como una preocupación principalmente local, adoptando soluciones locales que combinen la funcionalidad empresarial y de cumplimiento para cada jurisdicción, será difícil de conciliar con la transformación y la alineación digital y financiera más amplia de una empresa, que suele ser global.
Para intensificar su juego, las empresas deben centrarse en la recopilación de datos y en disponer de un repositorio central de datos para tener la “visión de conjunto” en lugar de adquirir soluciones locales para “salvar el día”. La transmisión de datos en tiempo real también requiere el mantenimiento de datos limpios. La estrategia de transformación digital global debe estar en marcha para cumplir con estos requisitos, así como una tecnología escalable para gestionar las futuras demandas fiscales.