Una auditoría de la autoridad fiscal puede presentarse de varias formas, ya sea directamente a la propia aseguradora o indirectamente a través de un asegurado o un corredor.
Puede ser selectiva, por ejemplo, cuando se ha identificado específicamente a una aseguradora para ser investigada debido a una discrepancia en una declaración de impuestos, o puede ser de naturaleza indiscriminada como parte de un ejercicio más amplio que está llevando a cabo una autoridad.
Sea cual sea la forma que adopte la auditoría, la clave para responder está en la preparación previa.
¿Qué información debe conservarse para una auditoría de las autoridades fiscales?
En primer lugar, las aseguradoras deben asegurarse de que conservan copias de las pruebas que pueden utilizarse para justificar los importes fiscales declarados y liquidados. Esto puede incluir los propios contratos de seguro, las facturas emitidas a los asegurados y un registro de sus datos que comprenda las declaraciones que se han realizado.
Vale la pena señalar que en Italia existe el requisito formal de mantener libros de IPT que detallen cada una de las primas recibidas durante cada período anual. Aunque esto no es necesariamente un requisito específico en otros países, la aplicación de este enfoque a todas las primas recibidas pondrá a un asegurador en una posición fuerte si se lleva a cabo una auditoría.
También es útil la documentación adicional que demuestre el cumplimiento. Si se ha solicitado asesoramiento externo, por ejemplo, para determinar la clase de negocio adecuada para una póliza y la consiguiente aplicación de impuestos, se aconseja conservar un registro de este asesoramiento por si se requiere posteriormente.
Puede haber casos en los que se haya solicitado específicamente el asesoramiento de una autoridad fiscal y dicha correspondencia tendrá inevitablemente un peso considerable si se cuestiona el tratamiento fiscal durante una auditoría posterior. La documentación de los procesos establecidos para garantizar el cumplimiento también es valiosa.
Dado que los plazos de prescripción varían según las jurisdicciones, las pruebas deben conservarse durante todo el tiempo que sea posible (sin perjuicio de las leyes de protección de datos pertinentes, en su caso) para que puedan presentarse en caso de auditoría.
Las consecuencias del incumplimiento
En la era digital, es de esperar que esta práctica no parezca excesivamente onerosa. Merece la pena referirse a los regímenes sancionadores vigentes en algunos países para poner en contexto las posibles repercusiones de una auditoría insatisfactoria.
El Reino Unido es un ejemplo en el que se utiliza un enfoque basado en el comportamiento para determinar las sanciones, con el nivel más alto de sanciones reservado para los casos de impuestos no declarados deliberados y ocultos en los que la propia autoridad ha impulsado la declaración.
Se impondrán sanciones menores (o incluso no se impondrán sanciones) cuando se tenga un cuidado razonable, y será mucho más probable que se considere que se ha tenido un cuidado razonable cuando se lleven los registros de la forma descrita.
Las auditorías pueden producirse en cualquier momento, por lo que es importante que las aseguradoras hayan tomado las medidas necesarias para garantizar que la información y los datos que demuestran el cumplimiento estén a disposición de la autoridad fiscal cuando ésta los solicite.
Garantizar la presentación precisa y puntual de las declaraciones de impuestos probablemente reducirá la posibilidad de una auditoría específica. El equipo de servicios gestionados de IPT de Sovos tiene una enorme experiencia en la presentación de impuestos en el Reino Unido y en toda Europa y ha ayudado a muchas aseguradoras en auditorías inesperadas.
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