Según el Estudio de Innovación 2022 de Visa & Americas Market Intelligence, el 70% de las organizaciones en Latinoamérica utilizan la biometría en sus procesos internos, y la ejecutan por medio de aplicaciones para smartphones. La verificación de identidad facial es el método de autenticación que predomina, con un 63% de uso, seguido de la huella dactilar, con un 43%, y por último, la tecnología de reconocimiento de voz, con un 12%.
La biometría digital utiliza las características personales, físicas, morfológicas y hasta de comportamiento propias de un individuo para identificarlo. Estos rasgos, que son únicos e irrepetibles, idealmente se almacenan en bases de datos contra las cuales se contrastan imágenes, huella o voz tomadas al momento de verificar la identidad.
Hoy en día, la biometría digital se utiliza para múltiples propósitos, ya que brinda importantes beneficios a diferentes industrias, al permitir corroborar la identidad de una persona de manera remota, protegiendo a las compañías frente a delitos como fraudes por suplantación de identidad.
En el Perú, la industria que está liderando el uso de verificación de identidad digital es la de servicios financieros, que la utiliza para realizar operaciones como apertura de nuevas cuentas bancarias y créditos de forma 100% remota. Además, algunos bancos peruanos han implementado soluciones biométricas para autenticar a sus clientes en cajeros y aplicaciones móviles, mejorando la seguridad de las transacciones.
En el sector de telecomunicaciones, la biometría digital está ayudando a mejorar la experiencia de usuario al permitir la firma de contratos de servicios con biometría dactilar, proporcionando a los clientes una forma más segura y rápida de acceder, firmar electrónicamente con validez legal, y recibir sus documentos de manera digital.
Los gobiernos también se están sumando a esta tendencia de identificar y autenticar a sus ciudadanos con tecnología biométrica, y así brindar servicios gubernamentales en línea que reducen la burocracia en los procesos.
La biometría digital ofrece el beneficio de mejorar la seguridad significativamente en procesos empresariales de cara a los usuarios; más aún al utilizarse de manera integrada, combinando las validaciones de biometría facial y dactilar contra bases de datos certificadas, lo que incrementa exponencialmente la protección contra el fraude y/o suplantación de identidad.
En ese sentido, la reducción del fraude en las organizaciones que implementan eficazmente mecanismos de verificación de identidad digital integrada puede oscilar entre un 70% a 80%, dependiendo de la industria, el tipo de verificación utilizada y la calidad de la implementación. Asimismo, las empresas aumentan su eficiencia en la aceleración de procesos de registro, autenticación y transacciones, hasta en un 30%.
Considerando que en el Perú el 84% de los hogares posee un smartphone con cámara, la biometría facial es hoy el método más sencillo de implementar. La verificación dactilar, por otro lado, es una inversión mayor, ya que se requiere implementar huelleros para una verificación de identidad que definitivamente es presencial, pero provee un alto nivel de seguridad que vale la pena utilizar en las empresas.
Luego de una verificación biométrica, se procede con la firma digital, que en el Perú está regulada por la Ley de Firmas y Certificados Digitales, y contempla 3 tipos: la firma electrónica simple, avanzada, y cualificada.
La firma electrónica simple es un dato en formato electrónico anexo o asociado que utiliza un firmante, y puede ser un garabato con el dedo en el celular o la imagen de una firma en papel escaneada. También se considera en esta categoría el firmar con PIN, ya que es un proceso de generación privado y único.
La firma electrónica avanzada está vinculada de manera única al firmante para verificar su identidad. Incluye firma con biometría, así como la contraseña que piden los bancos para ver extractos bancarios, o el código que envían para acceder exclusivamente a un documento.
Con relación a la firma electrónica cualificada, esta utiliza una técnica de criptografía asimétrica para identificar al signatario, basándose en el uso de un par de claves únicas, asociadas en una clave privada y una pública relacionadas matemáticamente entre sí. Esta firma tiene la misma validez y eficacia jurídica que el uso de una manuscrita (firma con certificado digital).
Para implementar mecanismos de verificación de identidad integrados se requiere de un enfoque planificado y estratégico que abarque aspectos tecnológicos, de seguridad, de experiencia de usuario y de cumplimiento legal.
El desafío está en determinar cuáles son los procesos de tu empresa que requieren de mayores capas de seguridad en la verificación de identidad digital para implementar biometría integrada, sin disminuir la experiencia de usuario, y asegurando una adaptación con tus sistemas que cumplan con las regulaciones de tu país.
